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Purificadores de aire y la lucha contra el moho

La contaminación es mucho más que un problema que se da en el exterior.

Al ayudar a prevenir la propagación del moho, los purificadores pueden aportar su granito en la reducción del riesgo de alergias y ataques de asma en los lugares de trabajo y en muchos otros entornos.

La purificación del aire interior con filtro HEPA de alta calidad cada vez es más reconocida por su capacidad para eliminar partículas víricas, COV y otros contaminantes de edificios, pero la eliminación de las esporas de moho se ha convertido en otra necesidad, ahora que se conocen mejor sus riesgos para la salud.

Efectos del moho en la salud

Allí donde hay humedad y moho, pueden producirse problemas respiratorios, infecciones, alergias o asma.

Esto se debe a que el moho produce sustancias, conocidas como alérgenos, que pueden provocar una reacción alérgica. También emiten irritantes e, incluso, sustancias tóxicas¹.

Y no solo hay un tipo de moho que combatir. Los diferentes tipos pueden provocar toda una serie de problemas de salud, incluidos el cladosporium y la alternaria, los cuales pueden provocar ataques de asma graves, y la exposición a largo plazo puede hacer que el riesgo crezca con el tiempo.

Otro tipo de moho es sachybotyrs chartarum, el cual causa el síndrome del edificio enfermo por liberación de toxinas que provocan que la gente se sienta mal.

Cualquier persona que inhale o toque una espora de moho puede sufrir una reacción alérgica, como estornudos, secreción nasal o irritación de los ojos o la piel.

Esto puede producirse poco tiempo después de una única exposición o tras exposiciones repetidas², con irritación de la nariz y la garganta, dolores de cabeza, mareos y fatiga como otros síntomas comunes.

Grupos en riesgo

Las personas que son especialmente vulnerables a los riesgos del moho son los bebés y niños, personas mayores y cualquiera con problemas cutáneos como eccema y afecciones respiratorias como alergias y asma.

También son vulnerables aquellas personas con el sistema inmunitario debilitado debido al tratamiento contra el cáncer, un enfermedad autoinmunitaria o cualquier otro problema.

El asma es una de las enfermedades alérgicas graves que han experimentado un aumento en las últimas décadas³. Actualmente afecta a más de 350 millones de personas en todo el mundo y es una de las enfermedades crónicas más frecuentes en niños con, al menos, 30 millones de niños y adultos jóvenes afectados en Europa.

Costes de las enfermedades respiratorias

Se estima que los costes indirectos del asma y de otras enfermedades respiratorias alérgicas representan para los países de la Unión Europea entre 55 000 y 151 000 millones de euros al año³.

Las personas con asma y otras afecciones pulmonares crónicas deben ausentarse con más frecuencia del trabajo que la población general⁴, con un 15 % más de posibilidades de ausentarse del trabajo que las personas que no padecen asma, que representan un 8,9 %.

Como los empleadores tienen el deber de proteger la salud, la seguridad y el bienestar de sus empleados, deben tomar medidas razonables para minimizar, o idealmente eliminar, el riesgo de humedad y moho en el lugar de trabajo.